Consejos para criar trillizos
Cuidar trillizos puede parecer
una tarea extenuante. El embarazo de trillizos aunque no exento
de felicidad es descrito por las madres como un periodo de preocupación y
cansancio, pero también de mucho orgullo.
En opinión de los expertos, la educación de los trillizos es un desafío
complejo; es necesario tener presente la necesidad de ser justos en la
distribución de los espacios y los tiempos para los tres.
En los primeros años, para los padres
y especialmente para las madres existe una demanda tan alta, que lo esperable
es que se sientan sobrepasados.
El soporte y participación del padre en el cuidado, así como toda la ayuda
que las redes sociales pueden aportar en los cuidados de los niños, en el
aspecto financiero y en lo emocional, es indispensable para cruzar los primeros
años de los trillizos, pudiendo disfrutarse del milagro que la vida significa.
Las madres se quejan básicamente
de la falta de sueño y de gran cansancio. Contar con ayuda suplementaria no es un lujo,
sino una necesidad y quizás, cuando no hay otras opciones, debieran estar
cubiertas por los servicios de salud.
Los embarazos múltiples son cada
vez más frecuentes, uno de cada 38 nacimientos es de mellizos y trillizos, por
lo que se hace necesario pensar en una política pública al respecto.
Un período especialmente difícil es cuando comienzan a gatear y se inicia
el caminar, porque a veces, cada uno de ellos quiere ir a un lugar diferente,
con el consiguiente riesgo, y en la medida en que es una edad en que no hay
conciencia del peligro, requieren de una atención constante.
Cuando llega el momento del ingreso al colegio, aunque no hay unanimidad se
plantea que es preferible que puedan asistir a clases separados para favorecer
el proceso de individualización y disminuir la competitividad.
En ocasiones, no siempre existe una tendencia a competir, lo que es normal
entre los hermanos, pero en los trillizos podría acentuarse producto de su
particular situación, la que se hace más compleja si alguno de los niños tiene
una mayor inmadurez que sus hermanos, lo que por supuesto es vivido como una
desventaja.
Los trillizos reportan algunas ventajas derivadas de su condición, entre
ellas destaca la sensación de no sentirse nunca solos, de tener siempre alguien
con quien jugar y la de sentirse protegidos frente a eventuales agresiones de
otros niños.
A veces surgen dificultades derivadas de que dos de los hermanos son más
cercanos y alguno puede sentirse excluido. Esto es más frecuente cuando hay diferencia de
género, pero resulta más fácil de compensar.
Igual que con los mellizos es
importante darles oportunidades de espacio no compartidos por los tres, en que
ellos se sientan únicos como forma de favorecer su individualidad y el logro de
una identidad autónoma.
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