Recomendaciones para que tu bebe duerma bien
Un recién nacido puede dormir
hasta 23 de las 24 horas del día. Para
cuando tiene dos semanas, el promedio es de 16 a 18 horas diarias. Usualmente, duerme de tres a cuatro horas
seguidas con breves períodos en que despierta para mamar, tanto en el día como
en la noche. Por eso aprovecha de
descansar mientras tu bebé duerme.
Los niños y niñas a los 6
meses de edad duermen aproximadamente 13 horas en total, entre las siestas del
día y el sueño nocturno, pero el rango puede ir desde 9 a 18 horas. Cada niño es único/a, no hay reglas en
relación a las horas.
Mantén la lactancia a libre
demanda; es probable que, si no has estado durante el día o te has
reincorporado al trabajo, tu hijo mame más veces de noche. Permítele que así sea, eso ayudará a que
mantenga tu producción de leche y, poco a poco, volverá a regularse en sus
horarios.
Recomendaciones en cuanto a la seguridad en el dormir:
Utiliza algún objeto, como
por ejemplo, un cojín grande, que te permita inclinar el colchón de la cuna en
un ángulo de 30 grados. Al dormir coloca
a tu bebé en posición de espalda,
boca arriba.
No utilices almohada hasta
los 12 meses y no lo abrigues demasiado.
Hazle dormir en su propia
cuna, cerca de la cama de sus padres.
No permitas que se fume en
presencia de tu hijo o hija.
Amamántale.
Recomendaciones en cuanto a la hora de dormir
Baja la luz y los estímulos
durante la noche, en las siestas del día
no es necesario.
Transmite seguridad y
tranquilidad en el momento de acostarse.
Intenta hacerlo dormir de la misma manera todos los días, ponle el mismo
“escenario” con su manta o juguete favorito.
Puede ser útil si bañas a tu bebé antes de dormir por las noches,
así estará más relajado y tendrá un mejor sueño.
Cántale una canción, ponle
música tranquilizadora, léele un cuento, dale un masajito o mécela
suavemente. Haz cada día la misma rutina
para que tu hijo/a se acostumbre a anticipar que es “hora de dormir”.
Para acostar a tu bebé asegúrate de que esté recién
mudado y que no tenga flatos.
Puede ser útil no cambiar el
pañal en la noche a menos que tu bebé haya defecado, para no despertarlo con el
cambio de posición.
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